¿Qué bienestar? Avanzado en la transformación social

Fotografía por Rodrigo Chávez

Las movilizaciones y demandas de las últimas semanas abren una oportunidad para repensar lo que entendemos por bienestar. El corazón del descontento—un estallido de ira y rechazo a la desigualdad brutal que ha golpeado nuestro país por décadas— se sintetiza en una sola palabra: desigualdad. Y la demanda, por el lado que se le mire, es justa y legítima. 

Ahora cabe preguntarse, ¿A qué igualdad aspiramos? Varios carteles estos días decían “hasta que valga la pena vivir” y  “por la precarización de la vida” ¿Cuál es, entonces, el bienestar al que aspiramos? Pensado en el contexto de la transformación socioecológica que nuestro planeta urgentemente necesita, esta pregunta no es trivial.

Queremos hacer un llamado a repensar el bienestar como acceso al consumo, como aquello que se mide a través del crecimiento económico. El crecimiento económico aumenta cuando se construye un hospital, pero también cuando gastamos más en cosas que no necesitamos, o pagamos por limpiar ecosistemas intoxicados. Este crecimiento sin sentido es lo que ha precarizado la vida en las Zonas de Sacrificio.  Lo que proponemos está en el corazón del llamado a una sociedad más digna, a una vida más digna, es la necesidad de movernos a una sociedad de cuidados.

Existen muchas políticas concretas que nos pueden acercar a este horizonte. Por ejemplo, mientras los últimos días algunos protestaron pidiendo el fin al tag, una sociedad de cuidado fortalecería el transporte público y otras opciones no motorizadas para avanzar a una sociedad donde lo común  y colectivo prime sobre lo individual. Todos vimos como en las calles la solidaridad es parte de reconstruir un Chile Unido. Una política de ingreso básico universal, en vez de un ingreso mínimo garantizado (que finalmente es un subsidio estatal a los sueldos bajos) sería una herramienta verdaderamente emancipadora para dejar más espacio a los cuidados y dar más libertad para que todxs hagamos lo que realmente valoramos hacer, dejando así que nuestras capacidades productivas y creativas se puedan expresar

Cuidar de las personas conlleva cuidar de los ecosistemas. Significa producir y distribuir lo que necesitamos, mantener lo que ya tenemos, y pensar en la sostenibilidad de la vida. De una vida que valga la pena vivir.

Equipo CASA